Señor, hoy es uno de esos días en los que entiendo poco más que nada. Todo me confunde y no tengo animo de nada y tengo animo de todo, siempre y cuando sea inútil. Ganas de salir caminando lentamente y que todos me vean corriendo, ganas de echarme a correr y que todos me vean sentado de brazos y piernas cruzados. Cerrar los ojos, extender los brazos, caer de espaldas, despertar despacio, tardar años en levantarme. Tengo ganas de creer que Tu controlas la gravedad, el dolor, la lentitud. Quiero que todos vean, abran las manos, entiendan: "nada es mio, todo es Tuyo, gracias por darme chance de administrarlo, admirarlo, compartirlo, reservarmelo". Señor, sé que anhelo, pero no sé qué pedir. Necesito tu dirección, pues decimos que la mía no existiera. (Gracias).
Señor, permiteme abrir las manos, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
Consuelame otra vez/ Porque no pienso volver
El suelo tiene sed/ La vida es imprecisa
Déjate caer
Las horas no demoran/ A mi alma desertora
Explícalo muy bien/ Se abre la tierra
El cielo esta a mis pies
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